PABLO CANTÓ 18 MAY 2017 – 17:07 – EL PAÍS VERNE

El curso 2016-2017 será recordado por alumnos y profesores como el año en que el spinner llegó a los colegios, y no se ha quedado solo en el recreo: muchos alumnos lo utilizan también en el aula. Al hilo de este uso, el maestro granadino Victor García, docente en un colegio gaditano, ha publicado un post reflexionando sobre cómo la falta de focalización en los niños puede afectar a su creatividad. Ha superado los 25.000 compartidos en menos de una semana:

García aclara por teléfono a Verne que su publicación «no es contra los spinners», sino «un alegato a que los jóvenes aprendar a focalizar y que, si se aburren, aprendan a entrenerse con lo que tengan a mano para estimular su imaginación». En Verne ya dedicamos un artículo a las bondades del aburrimiento, que proporciona tranquilidad y estimula la creatividad.

En el post se pregunta si realmente es bueno que los pequeños «estén a mil cosas a la vez» en vez de centrarse en una. «Hoy mis alumnos me preguntaban: ‘¿cómo eres tan creativo?’. ¡Por que con vuestra edad cada vez que me aburría, no me ponían ningún aparatito en la mano!», escribe.

Para García, «la gente que llega lejos es la que logra focalizarse en una sola cosa». En su publicación, lo ejemplifica contando su propia experiencia. «No había en el pueblo niño más nervioso que yo», cuenta en el post. «Pero poco a poco empecé a focalizar mis nervios, empecé a dibujar para relajarme, a bailar o disfrutar la música que le robaba a mi hermana».

En el extremo contrario coloca a lo que denomina «la generación de la sobreestimulación, del no permitir que el niño se aburra un instante, de niños que cuando comen en casa además escuchan música con sus cascos, con la mano libre juegan con el móvil, todo ello frente de la televisión». Sin embargo, esta sobreestimulación de la que habla García no se da solo en los niños: los adultos también realizan cada vez más multitareas y miran el móvil mientras hacen otras actividades. De media, los teléfonos se desbloquean unas 80 veces diarias.

Este maestro, de 36 años, lleva más de diez dando clase. Los cinco últimos, en el Colegio Parque del Estrecho de Algeciras. Según cuenta, escribió este texto tras volver al trabajo después de una baja. «Cuando volví a clase estaba todo infectado de spinners», explica. «Le pregunté a los niños y me dijeron que eran unos aparatos para calmar la ansiedad [se venden como tal], pero me vi intentando explicar algo mientras cada niño jugaba con el suyo… Y podría haber dicho que el mundo tiene forma de plátano, que nadie me lo hubiera discutido».

Tras publicar el post, García cuenta que se vio desbordado por la repercusión. «Comenzó a añadirme a Facebook gente que no conocía de nada», dice. «He tenido que crearme una página paralela solo para compartir textos y borraré a toda la gente que no conozco personalmente». Según el profesor, el texto llegó a incluso a sus alumnos. «Se han sentido identificados, me han reconocido que es verdad», cuenta.

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